Sábado 16 de Febrero. Valladolid



Jornadas benéficas para "La escuelita", nuevo proyecto de educación libertaria. Hachazo + Debakle + Kualkier Kosa. En la Casa, Valladolid.



"Pues este día nos juntamos unos cuantos colegas para ir a Valladolid desde Madrid, con la idea de realizar un viaje más, ver un buen concierto y charlar con la gentecilla. El viaje comenzó mal, ya que no habíamos salido ni de Madrid y ya nos equivocamos (sí, lamentable…). Pero se quedó sólo en eso, y a pesar de ir advertidos de que el sitio estaba complicado de encontrar llegamos a La Casa prácticamente sin ninguna dificultad. Nunca habíamos estado y la verdad es que pudimos comprobar que este Centro Social Okupado está de puta madre. Un amplio caserón en un polígono industrial a las afueras de Valladolid, con un montón de terreno alrededor suyo, donde había bastantes huertos. No pudimos ver todo el centro, pero lo que vimos tenía muy buena pinta, muy bien currado. Además que este CSO lleva ya muchos años en funcionamiento e incluso ha ganado juicios (¡ojalá fuera siempre así!). El concierto se integraba dentro de una jornada en la que se programaron todo tipo de actividades durante el día, como diferentes talleres, malabares, comedor vegano, charlas, etc. La entrada al concierto suponía un bono de ayuda de cinco euros. Todo ello servía de presentación y de ayuda a la autogestión de un nuevo proyecto surgido en Valladolid, el de “La Escuelita”, una escuela libertaria que abrirá sus puertas el próximo septiembre.

Bueno, una vez ya en el recinto destinado para los conciertos dentro del centro social pudimos comprobar que el sitio está de lujo montado, con un buen escenario, la barra correspondiente (con unos bocatas veganos que estaban bastante buenos) y amplio espacio para otras movidas. De hecho, había por allí un montón de puestos de distribuidoras anticomerciales, como Rompe la Norma, Grito Primal, el puesto de la gente de Kualkier Kosa (a cargo de quienes corrió buena parte de la organización de todo el evento) y el propio puesto de la gente de La Escuelita, con camisetas y un fanzine anarcofeminista llamado Acratela que también se presentaba. El concierto estaba previsto para las diez, pero como es de rigor empezó con no poco retraso. Abrieron los locales Debakle, con un punk del que se estila por nuestras tierras, bien ejecutado y bien interpretado. Los Debakle llevan ya sus añitos, y mezclaron temas propios y buena cantidad de versiones (entre ellas “El congreso de los ratones” de La Polla o “Ingobernables” de Sin Dios), cosa que cuando uno no conoce al grupo agradece. El sonido era más que aceptable, y así se mantuvo durante todos los conciertos. No les presté mucha atención, porque aproveché para hablar con diferentes colegas que encontré por allí, pero la verdad que caldearon el ambiente de modo óptimo y es un grupo a tener en cuenta. Siguieron la gente de Kualkier Kosa, de Ávila y con doce años ya a sus espaldas, cosa que se notaba en sus rostros. La verdad es que es algo que me maravilla y digno de ejemplo, que gente con estas edades (que no es que les llame viejos eh! jeje) siga dando el callo tanto en la lucha como en la música. Me gustaron bastante, tocaron muchas canciones propias y alguna subversión, como ellos mismos las llamaron (a destacar el “salta y chapotea feliz en el agua, no esperes que salga, no! no! no!” de la serie de dibujos animados Alfred J. Quack). Su estilo es punk hardcore a dos voces, del que destacaría sobre todo la batería. Los cantantes no pararon quietos en ningún momento, bailando entre el propio público.

Por último, después de bastante tiempo en hacer el cambio, empezaron los Hachazo, brutal punk desde León. Esta vez se presentaban en formación de cinco, con tres guitarras. El paso de una guitarra a tres (los otros dos grupos solo tenían un guitarrista) se notó en la calidad de sonido, que se hizo más denso. Empezaron con una pieza instrumental que no les había oído nunca empalmada con “Ladran luego cabalgamos”. Para resumir, diría que dieron un concierto como acostumbran, muy cañero y con pocos fallos. El público estaba entregado, cantando las canciones y montando unos pogos de tres pares de cojones. Tanto es así que no faltaron problemas con los pies de micro durante buena parte del concierto, que no paraban de irse al suelo. Los Hachazo mezclaron canciones de sus cuatro discos, variando mucho como cada vez que les he visto el repertorio. Así, tocaron bastantes canciones de su primer disco, la “Soledad” en su versión de grupo y una versión de Potato que han preparado para un tributo y que aunque en principio se pueda pensar que no les pega mucho lo hacen de puta madre. No tocaron mucho tiempo y se dejaron sin tocar alguno de sus grandes clásicos, como “La ley del oeste” o “El cuento de todos los días” (¡cosa que hay tener dos huevos para hacer!). Sin duda, destacaría una vez más la capacidad de variación que tienen sobre su repertorio, la improvisación que hacen sobre el escenario y algo que me flipa que es que empalmen muchísimas canciones seguidas.

Total, que el concierto estuvo de puta madre. Hubo bastante gentecilla (esperemos que se sacaran pelas para La Escuelita y que tenga éxito el proyecto), y animada. Buenos grupos, distris, buen sitio… Que más se puede pedir. Además, algo que me gustaría destacar es la solidaridad que hubo entre grupos, pues no faltaron roturas de cuerda y entre ellos se dejaron los instrumentos, cosa que puede parecer obvia, pero que no todo el mundo se presta a ello (yo no lo puedo entender, hay gente que se cree que su equipo es de oro, no prestándolo ante la necesidad de otros cuando cantan contra el capitalismo…)."

Crónica escrita por Changa, de Nomejodas, extraída de www.libertonia.org