¡Y que viva la libertad de expresión!

Queremos que todo el mundo sepa que C.C.O.O. y U.G.T. no se dedican a defender los derechos de los trabajadores, algo que por otra parte no hacen desde su legalización en 1977 y la correspondiente firma de los "pactos de La Moncloa". A lo que se dedican ahora es a denunciar a aquellxs que les plantan cara y rechazan su política de chanchullo, negociaciones y claudicaciones.
El 1º de mayo de 2006, un pequeño grupo de personas protestamos en la calle por la inminente entrada en vigor de la nueva, que no última, reforma laboral que estos sindicatos, junto con sus socios, patronal y gobierno, habían gestado, y que nos va a suponer a todxs lxs trabajadorxs nuevos recortes en nuestros, cada vez más limitados, derechos laborales.
Sabemos que las verdades ofenden, pero nunca imaginamos que fuéramos a hacerles tanta pupa. A la vista está; la subdelegación del gobierno, a petición de U.G.T. y C.C.O.O., denunció por lo acontecido el 1º de mayo a diez personas (a casi todos los que protestamos ese día) tres menores y siete mayores de edad. A los primeros se les impuso 30 horas de trabajos a la comunidad. La petición para los mayores asciende a 16.500 € de multa y responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de la misma. O sea, pena de cárcel, la cual es más que probable, teniendo en cuenta que somos estudiantes, parados y trabajadores precarios en un altísimo porcentaje.
El delito que hemos cometido según la fiscalía (subdelegación) y la acusación particular de C.C.O.O., es el previsto en el artículo 514.4 del código penal, relativo a las libertades y derechos fundamentales.
Se nos acusa de haber parado en al menos dos ocasiones la citada manifestación y haber impedido por tanto a los trabajadores su derecho a manifestarse.
Tiene gracia que, quienes permiten la existencia de las infames E.T.T.´s, firman convenios que insultan a los trabajadores, son cómplices de los cada vez más numerosos expedientes de regulación de empleo y despidos, acuerdan con la patronal subir los salarios por debajo de la inflación, reciben subvenciones millonarias del Estado, nos acusen de vulnerar los derechos de los obreros.
Queremos que todo el mundo sepa que esa manifestación no se paró (¿cómo 15 personas van a detener a 300?). Que en ella fuimos insultadxs, agredidxs y ahora enjustamente enjuiciados para multarnos.
(Y es que) ya nos lo avisó el secretario general de C.C.O.O. ese mismo día: "Esto no va a volver a pasar nunca más" Ameeeeeeén.
¡Y QUE VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN!

Represaliados del 1º de mayo Palencia



Julián Martinez Calderón (U.G.T.) y Juan Carlos González Jiménez (C.C.O.O.), sujetan, que para eso les pagan, la pancarta de la manifestación en la que ocurrieron los hechos. Estos señores, con esa pinta de obreros, y la corte de palmeros y lameculos que van detrás de ellos, tuvieron la poca vergüenza de tildar de concierto fascista a aquel que el 9 de junio de 2006 se montó en solidaridad con los represaliados, en el cual, entre otros grupos, participabamos Hachazo.
Fascista es,en todo caso, el que vive del fascismo, y U.G.T. Y C.C.O.O. mantienen un negocio basado en el acto de vasallaje que supusieron los pactos de la moncloa, en los cuales no dudaron en pactar una supuesta paz democrática con las fuerzas de represión y los políticos del franquismo, que no supuso sino un reparto de poder que reportó bastantes beneficios, tanto a los herederos de la dictadura, como a ambos dos sindicatos. En especial a los "comunistas" de C.C.O.O., a los que 40 años de régimen fascista les valieron el pasar de la inexistencia a participar, con buenos dividendos, en el reparto de patrimonio expoliado a otros sindicatos y, como no, gozar de un buen grado de poder para hacer y deshacer en materia de derecho laboral.
Por vuestra labor de continuadores del papel del sindicato vertical franquista, al servicio del gobierno y del empresario, podemos decirlo bien claro; Juan Carlos González y Julián Martinez; ¡Vosotros sois los fascistas!